Estás leyendo un mensaje en el móvil, pero las letras se ven un poco borrosas. Lo alejas unos centímetros… y de repente se ven mejor. Si esto te suena, puede que tengas lo que se conoce como ojo hipermétrope. Pero no te preocupes, no estás solo. Muchísimas personas viven con hipermetropía sin saber exactamente qué es, cómo afecta su visión o cómo corregirla.
En este artículo te lo contamos todo sobre el ojo hipermétrope: por qué ocurre, cómo afecta a tu forma de ver el mundo y, lo más importante, qué puedes hacer para corregirlo y ver mejor desde hoy mismo.
¿Qué es la hipermetropía?
La hipermetropía es un problema visual bastante común. Se trata de una dificultad del ojo para enfocar correctamente la luz, lo que provoca que los objetos cercanos se vean borrosos, mientras que los más lejanos suelen mantenerse nítidos.
En el caso del ojo hipermétrope, la imagen no se proyecta directamente sobre la retina, sino un poco más atrás. Esto suele ocurrir porque el globo ocular es más corto de lo normal o porque la córnea tiene una curvatura insuficiente, lo que impide un enfoque adecuado.
¿Sabías que muchos niños nacen con cierto grado de hipermetropía que puede corregirse de forma natural a medida que el ojo crece? El problema aparece cuando ese “desfase” no desaparece con el tiempo y empieza a afectar la visión.
¿Cómo ocurre esta condición?
El funcionamiento del ojo hipermétrope puede parecer complicado, pero vamos a explicarlo de forma sencilla.
Para que veamos bien, la luz debe entrar en el ojo y enfocarse justo sobre la retina. En un ojo normal, esto se logra gracias a la forma del ojo, la córnea y el cristalino. Pero en un ojo hipermétrope, ese enfoque se desplaza y la luz termina enfocándose detrás de la retina.
¿Qué provoca esto? Principalmente dos factores:
- Longitud del ojo más corta de lo habitual: la distancia entre la córnea y la retina es menor, por lo que la imagen no se forma en el sitio correcto.
- Córnea demasiado plana: una curvatura insuficiente hace que la luz no se “curve” lo suficiente al entrar en el ojo.
El resultado es una visión poco nítida, sobre todo cuando se trata de mirar de cerca. Esto explica por qué muchos niños hipermétropes no se dan cuenta del problema hasta que empiezan a leer o a usar pantallas durante mucho tiempo.
¿Cómo ve un ojo hipermétrope?
Es como usar una cámara que no termina de enfocar bien los objetos cercanos: por más que lo intentes, la imagen siempre sale un poco borrosa. Así es, en líneas generales, la experiencia visual de una persona con ojo hipermétrope.
La visión de cerca suele resultar borrosa, sobre todo en condiciones de poca luz o cuando se requiere concentración durante largos periodos, como al leer, escribir o mirar el móvil. En cambio, los objetos lejanos suelen verse con mayor nitidez, aunque si la hipermetropía es elevada, también puede haber dificultades a esa distancia.
Cuando el esfuerzo visual se prolonga, es habitual que aparezcan molestias como dolores de cabeza, fatiga ocular o sensación de pesadez en los ojos.
El ojo hipermétrope tiene la capacidad de compensar este defecto mediante un mecanismo natural llamado acomodación, que ajusta el enfoque de forma automática. Sin embargo, ese esfuerzo constante no es sostenible a largo plazo y puede generar molestias, especialmente en niños o personas que pasan muchas horas frente a pantallas.
Un estudio de cronobiología señala que una mala calidad del sueño, ligada a problemas visuales o entornos poco adecuados para dormir, puede alterar el equilibrio hormonal y aumentar el riesgo de ciertas enfermedades.

¿Cómo podemos corregirla?
La hipermetropía se puede corregir de forma sencilla y efectiva. Existen varias opciones según el caso y el estilo de vida de cada persona.
Gafas
Las gafas son la forma más común de corregir un ojo hipermétrope. Utilizan lentes convexas (también llamadas “positivas”) que ayudan a enfocar la luz directamente sobre la retina. Son cómodas, seguras y fáciles de adaptar.
Lentes de contacto
Perfectas para quienes no quieren llevar gafas o practican deportes con frecuencia. Existen lentes blandas, rígidas y desechables. También las hay multifocales para quienes tienen hipermetropía y presbicia al mismo tiempo.
Eso sí, requieren mayor higiene y cuidado. Un uso incorrecto puede provocar irritaciones o infecciones oculares.
Cirugía refractiva
¿Te gustaría olvidarte de las gafas o las lentillas? La cirugía con láser (como la técnica LASIK) puede ser una solución definitiva para muchas personas con ojo hipermétrope.
El procedimiento es rápido y seguro, aunque no todo el mundo es candidato. Si estás considerando esta opción, lo ideal es acudir a un centro especializado, como nuestra Óptica en Puerto de Sagunto, para hacerte un estudio personalizado.
¿Puede la hipermetropía empeorar con el tiempo?
En algunos casos, la hipermetropía puede empeorar con el tiempo, especialmente si no se detecta ni se corrige adecuadamente. En niños, un diagnóstico tardío puede derivar en complicaciones más serias como estrabismo (desviación de uno o ambos ojos) o ambliopía, también conocida como ojo vago, donde uno de los ojos no desarrolla correctamente la visión.
En adultos, una hipermetropía no tratada puede generar una fatiga visual crónica, acompañada de dolores de cabeza, ojos irritados, visión borrosa intermitente y dificultades para mantener la concentración durante tareas visuales prolongadas, como leer, estudiar o trabajar frente a una pantalla.
Además, el esfuerzo constante por enfocar puede afectar al rendimiento laboral, la calidad del sueño e incluso al estado de ánimo, sobre todo si la persona no es consciente de que el problema visual es el origen de su malestar.
Por todo esto, resulta fundamental realizar revisiones visuales periódicas, tanto en la infancia como en la edad adulta.
El ojo hipermétrope es más común de lo que piensas y, por suerte, también es fácil de corregir. Si notas visión borrosa de cerca, dolores de cabeza o fatiga visual, no lo dejes pasar. Acudir a un especialista puede marcar la diferencia entre vivir con molestias… o disfrutar de una visión clara y cómoda cada día.
